Lecturas a la hora del té

Lecturas a la hora del té
(Pintura de Vicente Romero)

miércoles, 30 de diciembre de 2015

BIENVENIDO 2016

Querido Nuevo Año 2016, estás a punto de nacer y el mundo por entero se amontona en la sala de espera contigua al paritorio con los ojos de la esperanza puestos en ti. Pero tendrás una vida tan corta y una carga de plomo tan grande sobre la espalda de tu almanaque que a buen seguro te será imposible acabar con todos los males terrenales que en herencia te han dejado los calendarios desgajados. Pero sí que podrías llegar a ser un buen año, el mejor de todos, el pionero de la saga de tus herederos, si propusieras ciertos cambios que tanto necesita este planeta color príncipe de cuento.
En primer lugar, podrías hacer uso de una balanza, no hace falta que sea muy grande sólo que haya sido bien calibrada, para que se repartan por igual el agua y los alimentos entre todos los habitantes, sin atender a razas, nacionalidades ni religión.
En segundo lugar, te recomiendo una buena escoba de las que están hechas con hojas secas de palma, las usadas por barrenderos porque son las que mejor se llevan la suciedad más acumulada. Pues bien, con una de ésas podrías barrer las grandes injusticias que a diario soportan los sectores más débiles de la población: ancianos, niños, enfermos y minusválidos, como consecuencia de la avaricia y egoísmo de las clases de poder; y varios camiones de basura para abandonar en el PIR a los mayores defraudadores que jamás haya tenido este País.
Y, en tercer lugar, ¿Podrías hacer que los dictadores y amigos de las guerras nacieran sin ombligo? Así dejarían de mirárselo y, quizás, tal vez, se fijaran en el ombligo de las posibles víctimas.

Apenas unas contracciones más y te tendremos muy pronto en nuestros brazos. Todas las esperanzas puestas en ti.

BIENVENIDO 2016.


lunes, 28 de diciembre de 2015

LA CASA DE LAS MIL ESTANCIAS


La casa de las mil estancias Carmen Marina Rodríguez Santana Santa Cruz de Tenerife; Las Palmas de Gran Canaria: Idea; Santa cruz de Tenerife: Aguere, 2014 Sinopsis: un libro de poemas dividido en ocho estancias en donde como una adolescente evoca a la vida, y espera desde su casa sin ventanas, mientras la golpean las palabras. La estancia en poesía es un tipo de estrofa que surgió con fuerza en el Renacimiento, pero las "estancias" de Carmen Marina no tienen ninguna relación con esas estrofas sino que pertenecen al espacio privado de la poeta, a los laberintos íntimos, al de su poesía y sus relatos. Pertenece a las estancias en donde ella convive con el verbo que siempre es mágico, con la fórmula del lenguaje evocador y revelador, con esas esencias que la hacen soñar. Con un lenguaje en el que ella se adentra como testimonio de vida. CP ROD cas

  http://www.bibliotecaspublicas.es/tenerife/publicaciones/CANARIAS_SEPTIEMBRE.pdf

martes, 22 de diciembre de 2015

TOCANDO A LAS PUERTAS DEL CIELO (UN CUENTO DE NAVIDAD)





Mama take this badge from me
I can´t use it any more
It´s getting dark too dark to see
feel like I'm knocking on heaven's door.

Knockin' on heaven's door (Bob Dylan)


No sé si esta canción me eligió a mí o yo la elegí a ella pero la escuché el 31 de octubre, Día de los Muertos. Unas luces que deslumbraban desde el techo me despertaron y me observé acostada transversalmente sobre la camilla y la cabeza colgando por uno de sus laterales. Indudablemente, me había desmayado. Me sentí algo confusa y me asaltaba constantemente la canción Knockin' on heaven's door que había escuchado en el coche que me llevó hasta Urgencias del Hospital. Tras varias pruebas y mucho tiempo de espera, el neurocirujano me notificó que un extraño ser habitaba mi cerebro y que debía ser operaba, con el riesgo que suponía, o no habría solución. Acepté mal la noticia, no por mí sino por tenerlo que comunicar a mi familia, de ahí el desmayo.
Había entrado en un pozo de petróleo del que era imposible salir por mi misma. Un útero negro y grasiento se fue haciendo con mis recuerdos, con mi nombre, quitándome la comprensión de la lectura, dejándome sin saber escribir y sin saber cómo poder hablar para ser entendida con coherencia. Se adueñó de mi ser y me dañó lo más importante: mi Yo. El útero de petróleo iba cubriéndolo todo y, desde unos días antes de la operación dejé de preguntarme, de sufrir; vivía feliz porque ya no entendía ni existía y reía como si todo fuera maravilloso, incluso lo hice cuando me miré al espejo y me habían afeitado la cabeza. El pozo era un alienígena que me atrapó y me convenció de que mi renuncia me transformaría en una mujer más feliz si no luchaba en su contra: era mucho más cobarde pero más cómodo. Pero algo curioso sucedía, estando despierta, yo ya no era yo. Pero cuando dormía recordaba la última canción Knockin' on heaven's door o recitaba mis poemas. El extraño nunca pudo entrar en mis sueños, no sabía que existían ni se imaginaba que serían mi fuerza para subir la escalera de la que tiraba mi marido desde arriba y yo ponía mi ganas y actitud para subir. Incluso tuve tropiezos y algunos peldaños se hicieron añicos pero nunca pensé renunciar. La longitud del pozo me llevó catorce meses y salí alumbrada como un parto ansiado. Miré a mi alrededor y observé que mi nueva vida comenzaba en Navidad.