Lecturas a la hora del té

Lecturas a la hora del té
(Pintura de Vicente Romero)

sábado, 30 de mayo de 2015

CANCIÓN A CANARIAS



Hoy quiero dejar a un lado enfrentamientos dialécticos de si hay algo que celebrar o no. Sólo sé que cada día estoy más orgullosa de SER CANARIA.

CANCIÓN A CANARIAS

Guardo en mi piel el aroma
de la sal y de la lava,
del brezal, de la tabaiba,
del pinar y de la aulaga.
El Alisio me enreda el cabello
escondiéndose en Anaga,
con su lluvia horizontal
que da vida a la montaña.
Mi sangre es mezcla de guanches
con la traída de España.
Somos de una tierra única
los nacidos en Canarias.
Siete islas eran las piezas
de un puzzle que ayer soñaba.
Las unía una a una,
¡no veas cómo encajaban!
De Vallehermoso al Pinar,
de Malpaso a Candelaria,
de Jandía a Puerto del Carmen,
de Maspalomas a La Guancha,
de Puntallana a Guía de Isora,
¡Se podía ir en guagua!
Sin duda, ya es posible,
hay puentes sobre las aguas:
todos los canarios unidos
compartiendo un mismo alma.

viernes, 22 de mayo de 2015

EL LADO OSCURO DE LA CARRETERA




Hace tiempo que me he muerto y aún no te he olvidado. No he olvidado tu olor, ni tus caricias, ni nuestros paseos. Incluso recuerdo como sucedió nuestro primer encuentro. Tú, inexperto. Yo, nerviosa. Me acurruqué contra tu pecho y los dos ya pasamos a ser una sola alma dividida en dos cuerpos.
Las ánimas se me acercan mostrándose mudas y muy expresivas. Sonríen, gesticulan, me transmiten mentalmente todo tipo de emociones, opiniones o consejos e, incluso, en numerosas ocasiones, me acunan con un brazo intangible de levedad conmovedora que suaviza mi amargura pero no la endulza del todo. Yo soy aún un tanto torpe en este tipo de lenguaje; me resulta relativamente fácil entenderlo pero me expreso con dificultad. Aún no me he habituado a este sopor de la muerte y me hallo, literalmente, como un alma en pena aturdida. Tanto tiempo deseando la nada para que se iniciara de inmediato mi vida a tu lado y, sin embargo, lo que he hallado hasta ahora son ánimas que quieren imprimir en mí sinónimos de paz, vestigios de armonía, dosis de sosiego. Pero todo ello no me calma. Siento en mi interior un huracán de agitación y conflicto que no sé si, finalmente, me hará desmerecer el cielo alcanzado.
Un ente más luminoso que los anteriores se me acerca y me limito a observar el brillo que desprende, lo estudio y analizo su expresión, busco en él una señal que me permita aceptar lo increíble, que el desconocido ha llegado hasta mí del lejano más allá para traerme, aunque parezca increíble, una pista que me guíe hasta ti. Me ha envuelto y nos hemos trasladado a un nivel superior donde respiro profundamente ya que, aunque carecemos de pulmones, las respiraciones y suspiros profundos son parte del legado de nuestra estancia terrenal. Una ráfaga juguetona dispersa nuestra materia, me recuerda a la brisa marina cuando enredaba mi largo pelo color arena.
Una vez alcanzado el plano superior, mis compañeras y yo nos hemos aislado, lo que nos otorga percepción de intimidad, permanecemos estáticas y nos inunda la Gran Luz. Increíblemente, no vamos nosotras hacia ella. Muy por el contrario, ella se desplaza para poseernos. De ese modo, pasamos a formar parte de su materia. Ahora, disfruto de las virtudes, la paz y la energía elevadas al infinito exponente de cada una de las ánimas que habitamos la eternidad y que seguirán siendo engrosadas con la llegada de las venideras. La Gran Luz es la comunión de las mejores cualidades de todas las almas, siendo nuestro poder infinito e inmensurable.
Pero, en contraposición a la Gran Luz, se ha abierto el lado oscuro, tu lado oscuro, el lado oscuro de la carretera. Aquel camino remoto al que llegamos tras varias horas de viaje. Reinaba la noche y las luces del coche enfocaron el bosque. Salté del vehículo para aliviar mi vejiga y no volví a verte. Aceleraste, me abandonaste y las luces se perdieron tras la siguiente curva. Corrí tras ellas, lloré, aullé, ladré. Perdida, exhausta, mi última visión fue la de los enormes focos de un camión que me descubrieron inerte en el lado oscuro de la carretera.
No debes preocuparte. Nunca te he guardado rencor. Tu aroma permanece vivo en mi interior. Te prometo mostrártelo en nuestro futuro reencuentro. Pero tú no debes olvidarme aunque para entonces haga mucho tiempo que te has muerto.

martes, 5 de mayo de 2015

SIN FECHA




SIN FECHA

¡Hola, querida Carmen Marina!
Te estarás preguntando quién te escribe, quién ha hecho llegar hasta ti esta carta. Créeme, eso ahora carece de importancia. Lo que sí es realmente importante es que prestes mucha atención y sigas cada uno de estos pasos al pie de la letra:
Ante todo debes saber que has sido una persona muy querida y eso hizo posible que alcanzaras la plenitud en cada paso de tu camino. Dibuja en tu rostro una sonrisa.
Ahora que sonríes, observa a tu alrededor. ¿Qué ves? Anótalo aquí abajo.
Una fuente con agua muy limpia, una señora en silla de ruedas que me saluda, un nido vacío sobre la rama de un árbol, un jardín con muchas flores,...

Ahora busca a una enfermera para que te guarde la carta y dile que te la entregue de nuevo mañana. Recuerda que estoy y estaré siempre contigo.

TE QUIERE:
Yo, Carmen Marina.

domingo, 3 de mayo de 2015

MADRE

(Mi madre y yo)

MADRE

Montaña origen de mi río.
Aguamanil de mis lamentos.
Dama de grafeno.
Recta de mis caminos torcidos.
Espejo de mi envejecimiento.