(Pintura de Vicente Romero)
María
realizaba el esfuerzo de sobrevivir al tedio diario permitiendo que
su imaginación se colase por cualquier grieta para llegar a
convertirse en escritora famosa. Cuando intentaba sacar adelante sus
quehaceres cotidianos se convertía en Carmen Rico Godoy, para no
morir en el intento. A la hora de acostar a sus hijos se esforzaba
imaginando ser Gloria Fuertes e inventaba historias infantiles. Y en
las noches en las que el esfuerzo realizado no le permitía dormir,
se transformaba en Rosario Valcárcel, con amor y sexo
incluidos. Sólo el día en el que no realizó esfuerzo alguno se dio
cuenta de que ella sólo era un personaje secundario del libro de su
vida.
´Hola Aldonza. Que hermoso relato, creo que hay que despojarse de ciertas ataduras, para realmente ser un ser auténtico y libre, dejar atrás ciertas cargas y echarse a volar, es decir volar con la imaginación, y crear su propio mundo y compartirlo con personas que te comprendan. Una buena semana querida amiga. Abrazos!!!
ResponderEliminarSí, querida Mercedes. ¿No es eso lo que hacemos tú, con la pintura y yo, con los escritos? De otra forma, ¿cómo podríamos soportar lo peor de la existencia? Un beso muy grande y buena semana para ti también.
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