He abierto los ojos y me
he descubierto sobre el lecho que hace tiempo decidí dejar de
compartir, pero está visto que si me llega el olor de ese cuerpo
exhausto y culpable que duerme, es que la masa de mis decisiones
tiene poco peso específico. Al principio de los tiempos le dejaba
un beso sobre la frente y me costaba separarme de él cada mañana.
Sin embargo, ahora me deslizo entre las sábanas con movimientos
estudiados, analizando qué músculo dolorido moveré a continuación
para que el monstruo no se despierte.
Los chorros de agua que
escapan a presión por entre los orificios de la alcachofa de la
ducha son tiroteo de alfileres sobre las zonas sombreadas de mi piel
y me permito el lujo de llorar en húmeda soledad para que mis penas
escapen con la espuma a través del desagüe. Y me he colado yo con
ellas. Buceo con el disfraz de los recuerdos de mi niñez y salgo en
busca de mi libertad aunque me quede sin aliento.
MUY BUENO...LLENO DE IMAGENES, SOBRE TODO ME HA GUSTADO ESTA FRASE: y me permito el lujo de llorar en húmeda soledad para que mis penas escapen con la espuma a través del desagüe.
ResponderEliminarSALUDOS
CARLOS
Carlos, muchas gracias por tu lectura y comentario.
EliminarSaludos de Aldonza.
Movimientos estudiados... cuántas metáforas que forman la esencia, la naturaleza de este texto maravilloso y magico porque tu blog lo es. Que maravilla. Me encanta tu sitio es precioso.
ResponderEliminarUn beso grande.
Muchísimas gracias, Luján, es un orgullo que me visites y que me dejes tan bellos comentarios. Me siento aofrtunada.
EliminarOtro beso grande de vuelta.
Pues sí, magistral relato. Por lo que tiene de forma y fondo!
ResponderEliminarRealmente tiene alma tu forma de expresar...
Gracias, Carlos. Gracias de corazón por tu apoyo constante a mis escritos.
EliminarUn abrazo.