El
hombre no podía dormir y salía como un fantasma a mirarse pedazos
del alma en el espejo, negro y brillante como petróleo. Se acercaba
al cristal con los ojos abiertos como un búho y no se observaba,
sólo se imaginaba. Tampoco le manaban palabras de la boca sino
simples sonidos chirriantes que catalogaba de murciélagos. Recordó
por un instante su último momento como un fogonazo atronador dentro
del metro, cuando algún alguien colocó a sus pies una bolsa sin
dueño que paseaba a la muerte.
¡¡Wawww...Aldonza!!
ResponderEliminarUn micro que deja los pelos de punta.
Un abrazo y gracias por visitarme.
mariarosa
Mª Rosa, muchas gracias por tu visita y por tu comentario. Vuelve cada vez que te apetezca un rato de lectura y de té.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aldonza
Un trecho de terror, por suerte lo leí de día...
ResponderEliminarEstoy aquí para, humildemente, darte mi apoyo a ti a tu blog.
Éxitos.
HD
Qué hermoso lugar este blog recién descubierto. Con tu permiso, Aldonza, me pasaré por aquí de vez en cuando para compartir la pasión por la literatura. Te envío un afectuoso abrazo desde Bilbao, y todo mi ánimo para que puedas continuar hacia delante.
ResponderEliminarIñaki
Iñaki, vuelve cuando quieras, ya sabes lo importante que son para mí tus palabras, sean comentarios o literatura. Eres una persona excepcional. Gracias por venir.
EliminarUn abrazo muy, muy grande.
Aldonza
Gracias por tu visita y tu apoyo, Humberto. Es un honor para mí.
ResponderEliminarAldonza
Vi tu Comentario en el blog de Idolidia, y no pude resistirme y aqui estoy.
ResponderEliminarHe tenido un acierto con visitarte, pues me gusta tu forma de escribir y como tu dices, me tendrás por aqui con frecuencia, para leerte.
Saludos, manolo
http://marinosinbarco.blogspot.com.es/
.
Muchísimas gracias por tu visita, Manolo. Vuelve cuando quieras, serás bienvenido.
EliminarAldonza.
Aldonza, ¡vaya mujer! ¡qué decirte! pues que he imaginado la escena paso a paso y...uyy...Muy bueno. Me agrada leer relatos variados y hoy, no había leído nada de terror...
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Gracias por tu amabilidad, Taty. Me encanta que me visites.
EliminarUn beso.
Aldonza.
¡Aldonza! pues ya me tienes aquí. Te deseo mucha suerte con esta aventura del blog. A mí me ha reportado muchos momentos muy buenos, te deseo que a ti también lo haga, que seguro que sí. Volveré en cualquier momento, ya lo verás. Un beso, Rocío
ResponderEliminarRocío, me hace mucha ilusión que vengas a visitarme y estampes tu huella. Gracias.
EliminarUn beso.
Aldonza.
Un microrrelato estremecedor, Aldonza. Muy bien medidas y escogidas las palabras.
ResponderEliminarFelicidades por esta nueva andadura. Suerte con tu blog.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras, Sara. Seguiremos visitándonos.
EliminarAbrazo de vuelta.
Aldonza.
Es una delicia leer estos microrrelatos. Aprenderé con ellos
ResponderEliminarEspero estar a la altura la próxima vez que me visites, Julio. Gracias.
EliminarAldonza
Cada vez que entro en tu blog y leo tus poemas y relatos, más confirmo que tienes mucho que enseñar, por lo menos a mi. Un verdadero placer, un deleite y un orgullo mi querida Aldonza. Gracias.
ResponderEliminarMª José, yo no tengo nada que enseñarte. Tus escritos poseen esa frescura de expresar tus sentimientos que se transmiten en tus letras. De cualquier forma, muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarAbrazo, mediapaisana.
Mª José, yo no tengo nada que enseñarte. Tus escritos poseen esa frescura de expresar tus sentimientos que se transmiten en tus letras. De cualquier forma, muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarAbrazo, mediapaisana.
¡Vaya!, he dado con el cestillo lleno de comentarios inversamente proporcional al largo del relato. ¡Curioso!
ResponderEliminarY curioso relato... Y muy cierto!
Hay relatos que son muy afortunados. Gracias, Carlos.
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