(Pintura de Frits Thaulow)
Hacía
años que en aquellas tierras no se conocía el sol, enrarecido el
aire por el humo de la guerra. Ya se había perdido la cuenta de lo
que duraba porque la gente no tenía práctica en las matemáticas ni
en marcar los acontecimientos en los cuadrados del calendario. Como
mucho, contaban los cañonazos con los dedos y, cuando pasaban de
diez, dejaban de prestarles atención. Por ello, no se supo qué día
nació Gloria. Vino muy sola a este mundo. Ni siquiera su madre pudo
acompañarla porque había muerto de pena
un año antes, cuando su marido se había marchado a la guerra. La
recién nacida andaba, tenía dentadura completa y sabía las
ciencias y las letras de
los libros de mil bibliotecas. Decenas de aves de mil colores
revoloteaban a su alrededor y Gloria supo que de la misma manera que
había llegado, se marcharía;
dejando este mundo en un día inesperado que tampoco llegaría a
marcarse en el calendario.
La primera bendición llegó con una lluvia
fina que empapó la tierra y la dejó preparada como útero de mujer
enamorada. Después, Gloria supo cómo trabajarla y sembrarla,
mientras las aves la acompañaban con sus alas extendidas aportándole
sombra benefactora. Desde entonces, cada madrugada se mezclaba el
olor a café que colaba Gloria junto al aroma de hojas húmedas
empapadas por la lluvia que abastecía de noche los campos.
Una tarde de una primavera de tantas, el padre volvió
de la guerra con siete remiendos por la metralla y los oídos
inútiles para las palabras, por ello, había dejado de hablar pero
su disposición fue total cuando supo que tenía una hija y que en
sus campos germinaban las cosechas. El padre tomó el vaso de café
humeante, alzó el brazo y con un gesto conminó a la hija que se
quedara en la casa porque él desde ese día marcharía a trabajar el
campo. Gloria asintió en silencio mientras las aves de colorido
plumaje permanecían estáticas en vuelo. La joven no había hecho
más que girarse para entrar en la choza cuando escuchó el golpe
propio de un cuerpo pesado al caer al fango. Se volteó y enseguida
adivinó y maldijo el designio del destino que se había aparecido
tan de repente y sin avisar pues le resultó fatalidad que su padre
muriese el día que había decidido ayudar en el campo.
Las aves la ayudaron a entrar al muerto a
la choza y a limpiarlo del fangal. Entonces, se le ocurrió la idea
de recostarlo entre los pedazos del cerdo de la última matanza y así
ella podría terminar las faenas del campo y de la casa. Encendió la
leña y puso al fuego los frijoles, salió al patio y alimentó a los
animales. Recogió unos huevos, unos plátanos, unos mangos y una
fruta bomba para meterla en almíbar. Entró de nuevo en la choza y,
al mirar al muerto, creyó escuchar el estruendo de un trueno. Pensó
que debía volver a guardar los animales. Apenas había caminado unos
metros cuando el huracán la derribó. Una lengua de lodo se la
tragó.
Dicen que nunca fue encontrado su cuerpo. Que sólo
hallaron el cadáver del padre dentro del cajón de salazón sobre la
mesa de la cocina rodeado de exquisitos platos y decenas de aves de
colorido plumaje.
Hola Carmen, una vez más esas pinturas... Evocadoras y entrañables de tiempos antiguos, vividos.
ResponderEliminarEl texto curioso, entretenido, expresivo. Hay un algo de García Márquez en la forma. Diciendo más de lo que algunos lleguemos a comprender... O tal vez no!. O tal vez no hay nada que comprender, y todo es un leer y aceptar lo que el alma de quien escribe escribe.
...Tal vez.
Hola, Carlos, estas pinturas realzan mis escritos mucho más de lo que valen por sí mismos. Son bellísimas, de ahí, escogerlas.
EliminarEn cuanto a tu comentario de mi texto te agradezco me digas que hay algo en él que te recuerda en su forma a García Márquez, quien para mí es el mejor escritor de todos los tiempos. En cuanto a lo que intento decir... ya sabes que cada lector amolda los escritos y le da sentido a su puro antojo. Y ya no es lo que yo quise decir sino lo que el lector quiere entender.
Un abrazo y gracias infinitas por venir y comentar.
Reconocer el valor de las pinturas no ha de conllevar nunca la comparación con lo escrito. Cada uno por sí mismo expresa su función.
ResponderEliminarBendiciones. Un abrazo.
Gracias por la parte que concierne a mis escritos.
EliminarUn abrazo de vuelta hasta Bilbao.
Hola Aldonza. Un relato interesante y extraño, me agradó y lo asocio con la vida de una mujer que ha dedicado su vida en medio de la naturaleza y pasó anonimamente por este mundo y tendrá recompensa en el mundo celestial. Me gusta mucho la imagen que lo acompaña, para crear en nuestra imaginación el clima ideal-
ResponderEliminarCon respeto al paso por mi espacio, puedes usar todas las imágenes que deseas, estoy a la espera de tus haikus de primavera. Un gran abrazo!!
Querida Mercedes, sí puede resultar extraño porque no siempre la mente del autor coincide con la realidad, ni a veces la realidad, con la mente. Te agradezco enormemente que me des permiso para utilizar tus imágenes para mis escritos. En cuanto lo tenga, te avisaré en tu blog. Un beso muy grande.
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